La magia, que sentimos, es tan invisible como cierta.
Estimulada por las feromonas, la feniletilamina instruye la
producción masiva de dopamina o
norepinefrina, estimulantes cerebrales que producen una
sensación de ansiedad y de anticipación
gozosa.
El buen humor, la risa y los pensamientos positivos
aguijonean en cierta medida una liberación de
oxitocina
La respiración se acelera y un sudor casi
imperceptible se pronuncia en axilas y en las ingles. El mismo
cerebro reclama,
vía la actividad de las cortezas pre-frontales, un
módico cierto de control y,
entonces, empezamos a segregar endorfinas y encefalinas que
consienten una sensación de paz, calma y seguridad, a la
vez que estimulan toda suerte de fantasías
eróticas.
En este respecto, expertos italianos de la Universidad de
Pavía han demostrado cuan inestable es esta
situación del enamoramiento, que nos hace dormir poco,
comer menos y pensar constantemente en la otra persona hasta
culminar el proceso, en el
mejor de los casos, con una relación sexual. Entonces, la
oxitocina liberada durante el orgasmo acaba llenar su función
ancestral.
Órganos afectados por la
oxitocina.
Neuropéptido
cerebral
La oxitocina es una hormona de función
estimulante. Su liberación durante el orgasmo acaba
ejerciendo un bloqueo absoluto del estrés. Se
trata de un neuropéptido sintetizado por células
nerviosas en el núcleo para-ventricular del
hipotálamo para ser transportada de inmediato a la
neurohipófisis, desde donde aborda el torrente
sanguíneo.
Es esta hormona, la misma oxitocina que al fin del
parto y en
conjunto con la prolactina causa que la leche suba a
los senos de la madre, estimula en el recién nacido la
succión refleja del pezón. Como del mismo modo
estimula los genitales y la distensión del cuello uterino
(reflejo de Ferguson).
En el transcurso del orgasmo, la oxitocina estimula la
circulación del esperma y la contracción de la
musculatura pelviana femenina con el objetivo doble
de causar placer y asegurar la reproducción.
Cuando en 1953 el estadounidense Vincent du Vigneaud
diera el nombre de oxitocina a un péptido corto que
contenía 9 residuos de aminoácidos y un puente
bisulfuro entre dos mitades de cistina en posición 1 y 6,
logrando la síntesis
de dicha sustancia, por lo que obtuvo, dos años más
tarde, el premio Nobel de Medicina.
Base de compañerismo
El equipo de Ernest Fehr en Suiza, ha profundizado en
los efectos de la oxitocina sobre el comportamiento
humano, llegando a la conclusión de que niveles
elevados de oxitocina en la sangre mejoran
capacidad de los individuos para confiar en otras
personas.
«La oxitocina es capaz de promover la actividad
social y ayuda a superar el temor a la malicia», asevera el
investigador. Fehr, llega lejos, cuando nos asegura que vivimos
en un entorno social en el que la felicidad se impone sin que
seamos capaces de producir suficiente oxitocina de forma
natural.
Chacun son goût…
Evelyn de Morgan
Los investigadores helvéticos, no obstante, han
descubierto que el buen humor y la risa, junto a los pensamientos
positivos, incitan en cierta medida una liberación de
oxitocina; lo suficiente para conseguir un clima de
confianza en relación con los demás. Como
actividades proclives a la química hormonal de la
oxitocina, los científicos aconsejan huir de la
crítica
sistemática, fomentar un clima agradable en torno a las
personas con las que se convive, exhibir valores
sociales como la tolerancia, el
respeto o el
agradecimiento, desarrollar la empatía, reír y
disfrutar de la vida.
Buenos consejos, aunque suenan
simplistas…
En Escocia, en cambio,
investigadores de la Universidad de Edimburgo han trabajado con
ratones a fin de averiguar qué ocurre con la oxitocina
tras su liberación en el transcurso del
orgasmo.
A las 48 horas del orgasmo los niveles de oxitocina
permanecen todavía con valores elevados y los ratones se
muestran sumamente fieles y apegados, unidos como en un
vínculo de por vida… Pero al cabo de unos meses o con un
año de separación, con niveles ostensiblemente
más bajos de la hormona, la pasión se
agota.
En el ser humano (como hemos visto en previas ponencias)
este fenómeno dura los tres años necesarios para
asistir a la hembra con el producto de la
concepción que él (supuestamente)
causara.
El azúcar
hace su meliflua aparición
¿Puede una caja de bombones conseguir la misma
oxitocina derivada de un orgasmo satisfactorio? Para lamento de
los románticos, todo apunta en esa dirección… En la Universidad de
Pittsburgh, los farmacólogos Janet Amico y Regis Vollmer
han demostrado que la oxitocina está también
detrás de la adicción a dulces, golosinas y
chocolate. (Véase mi artículo acerca de la
adamantina, el chocolate y la marihuana).
Empleando de nuevo ratas de laboratorio,
ambos farmacólogos, arriba citados, descubrieron que los
animales con
menor tasa de oxitocina en la sangre desarrollaban un apetito
especial por las dietas ricas en azúcares y, mediante su
consumo,
reproducían las conductas maternales propias de animales
con un buen nivel de oxitocina (y sin necesidad de tomar parte en
actos sexuales). (El libro para
aquí leer es: The True History of Chocolate
por S. D. Coe y M. D. Coe).
Lo malo aquí, resaltan los investigadores, es que
la saciedad se pierde y los animales quedan enganchados en
una dependencia permanente de dulces — lo que los engorda,
haciéndolo así, no por el mismo mecanismo que logra
hacerlo el sexo.
No es ningún secreto tampoco que el chocolate,
alimento rico en feniletilamina, ayuda a suplir las carencias de
oxitocina debidas a una abstinencia sexual, o que un ejercicio
físico regular permite liberaciones de adrenalina y
serotonina que disimulan lo que en verdad falta. Amico y Vollmer
no han extrapolado todavía su experimento animal en la
clínica humana, pero advierten ya del peligro de que
niveles anormales e indetectados de oxitocina estén
detrás de muchos síndromes metabólicos y
obesidades. (Aquí se recomienda, de nuevo, mi ponencia
acerca de la adamantina la "molécula de la
felicidad").
Como tanto hemos recalcado: Por su proximidad
hipotalámica, la actividad de comer y la sexual a menudo
coinciden. Algo que nos explica la razón y el
porqué todo romance conduce de la mesa romántica al
tálamo amatorio.
Nota:
Para quienes desean un resumen de las actividades
biológicas de la oxitocina, aquí presentamos lo que
nos explican los científicos de la Universidad de Medicina
y Odontología de Nueva Jersey.
Comienzan por alejarnos del alcohol para
los asuntos del sexo, recordándonos a Shakespeare quien
nos dice que este último: "Provokes the desire, but
takes away the performance". (Macbeth).
Así nos instruyen los doctos de Nueva
Jersey;
"Oxitocina, por su parte, hormona secretada por la parte
posterior de la glándula pituitaria, influye, de manera
todavía imprecisa, los mecanismos en que la dopamina, los
estrógenos, la serotonina, las prostaganglinas, la
testosterona y otros agentes que actúan como vaso
dilatadores y relajantes/constrictores del tono
muscular.
"La oxitocina (continúan los investigadores en su
exposición) aumenta en sus niveles durante
el coito y el orgasmo, no queda ninguna duda de que este agente
bioquímico es parte muy importante de nuestro repertorio
vasto de afrodisíacos naturales o
endógenos.
"Lo que la convierte en candidata potencial y razonable
para el tratamiento de las disfunciones sexuales y asimismo para
incrementar el gozo de la actividad sexual en los seres
normales.
"Por ahora, (lamentan los investigadores) la
única manera demostrada de obtener esta hormona es la
actividad sexual…"
Los fabricantes del citrato de sildenafil,
acogerían la síntesis de esta sustancia con mucha
anticipación comercial.
Mientras tanto, no olviden que la oxitocina
desempeña un rol importante en el apego
materno.
Bibliografía
Asimov, I: Asimov’s Guide to Shakespeare
(1978) Avenel NY
Referencias científicas se suministran por
solicitud.
Dr. Félix E. F. Larocca
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